29 de JUNIO de 2023

Un Viaje Colorido en la Oficina

Estaba sumergida en mi trabajo cuando de repente, descubrí un nuevo destacador fluorescente sobre mi escritorio. ¡Era brillante y llamativo, como si estuviera esperando ser usado!

No pude resistir la tentación y decidí ponerlo a prueba de inmediato. Me imaginé las infinitas posibilidades de resaltar textos importantes y darle vida a mis apuntes aburridos. Emocionada, saqué una página llena de información y empecé a deslizar el destacador sobre las palabras clave.

Fue entonces cuando sucedió algo mágico. A medida que el destacador recorría la página, las palabras se iluminaban con colores vibrantes y brillantes. Me sentí como un artista, transformando una simple hoja de papel en una obra maestra llena de colores radiantes.

Pero la verdadera diversión partió cuando empecé a experimentar. Decidí hacer dibujos, líneas y formas con el destacador, creando un mundo de colores en mi escritorio. De repente, la oficina se convirtió en mi lienzo y yo en un artista improvisada.

Mis compañeros de trabajo me miraban con curiosidad y algunos incluso se unieron a la diversión. De la nada, cada escritorio estaba lleno de dibujos fluorescentes y risas contagiosas. Nuestra oficina se había transformado en un oasis de creatividad y alegría.

Pero no todo fue diversión y juegos. A medida que se acercaba la hora de la reunión, me di cuenta de que había resaltado demasiadas cosas y que mi página se veía como un arcoíris desenfrenado. Rápidamente, me puse a trabajar, tratando de ordenar y organizar la información esencial.

Con paciencia y un poco de ingenio, logré resaltar los puntos clave sin abrumar a nadie con un despliegue de colores. Aprendí que, aunque el destacador era divertido y llamativo, también debía ser usado con moderación y de manera estratégica.

Mi experiencia con el destacador fluorescente fue una lección sobre el equilibrio entre la diversión y la responsabilidad en el trabajo. Aprendí a disfrutar de los pequeños momentos de creatividad, pero también a mantenerme enfocado en mis tareas importantes.

Desde entonces, el destacador y yo hemos formado un equipo imparable. Juntos, exploramos nuevos proyectos, resaltamos ideas brillantes y siempre encontramos una manera de mantener nuestro trabajo divertido y estimulante.

Así que la próxima vez que veas un destacador en tu escritorio, no temas explorar su potencial creativo. ¡Quién sabe qué aventuras coloridas te esperan en tu jornada laboral!

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