19 de OCTUBRE de 2023
Un rayo en la oscuridad
Hace unos años, viví una noche que me enseñó una valiosa lección sobre la importancia de estar preparado para emergencias. Una fuerte tormenta eléctrica azotaba nuestra tranquila comunidad, y sin previo aviso, nos encontramos en la oscuridad total. Sin electricidad, sin luz y, lo que era peor, sin forma de cargar nuestros teléfonos y radios. La única opción que teníamos eran unos viejos fósforos y unas velas que habíamos guardado en algún rincón olvidado de la despensa.
Como madre de familia, siempre me he esforzado por estar preparada para cualquier eventualidad. Tener un botiquín de primeros auxilios y suministros de emergencia era parte de mi rutina, pero en esa ocasión, las velas y los fósforos salieron del olvido y se convirtieron en nuestros inesperados héroes.
Con la oscuridad rodeándonos y el ruido ensordecedor de la tormenta, reuní a mi familia en la sala. La ansiedad estaba en el aire, pero entonces recordé las velas y los fósforos que habíamos guardado. Sin perder tiempo, los encendí, y la tenue luz que emitieron fue suficiente para iluminar la habitación y calmar los nervios de mis hijos. La atmósfera se llenó de un ambiente cálido y reconfortante, y comenzamos a contar historias, como si fuéramos pioneros enfrentando las adversidades.
Las velas y los fósforos no solo nos proporcionaron luz, sino también una sensación de seguridad. Esa noche nos dimos cuenta de lo importante son los suministros de emergencia, incluso en situaciones que no habíamos anticipado. Mientras afuera la tormenta rugía, dentro de nuestra casa, las velas creaban un refugio acogedor.
A medida que pasaba el tiempo, la tormenta finalmente se disipó y la electricidad volvió. Pero esa experiencia nos dejó una lección inolvidable: la preparación puede marcar la diferencia en momentos de emergencia. Ahora, las velas y los fósforos ocupan un lugar destacado en nuestro kit de supervivencia, y cada vez que los veo, recuerdo esa noche y cómo una pequeña llama en la oscuridad nos guió hacia la seguridad.
Así que, la próxima vez que guardes velas y fósforos en tu despensa, recuerda que no solo estás almacenando objetos, sino también un rayo de esperanza en la oscuridad que podría ser tu salvación en una emergencia inesperada. ¡Más vale estar preparados!
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