22 de abril de 2022

Conectarse con la Tierra

  En estos momentos, donde el mundo parece ir a la velocidad de la luz, donde no hay tiempo para hacer todo lo que nos gusta, donde la vida parece pasar por delante de nuestros ojos sin que nos enteremos… es en este instante cuando debemos parar y conectarnos con nuestro centro, con nuestras emociones, cargarnos de energía, porque somos seres eléctricos y funcionamos con impulsos eléctricos y está comprobado que la tierra es nuestra base de recarga.

   Pero, qué significa todo esto, cómo se hace y cómo nos beneficia.

   Actualmente hablamos del concepto Grounding, o también llamado Earthing, lo que significa simplemente, la práctica de caminar descalzo sobre tierra, pasto o arena. Es decir, entrar en contacto con la energía de la tierra a través de los pies.

   Este hábito se ha hecho muy popular debido a las investigaciones que señalan que la mayoría de nuestros procesos biológicos, y la información entre las células de nuestro cuerpo, se producen también por intercambios de cargas eléctricas, energías que podemos recuperar “haciendo tierra” con la planta de nuestros pies descalzos.

   Se dice que muchas de las patologías o dolencias que experimentamos en la actualidad se deben a la pérdida de energía que sufrimos a diario cuyas causas son variadas. Por ejemplo, la alimentación que llevamos, el aire que respiramos, la cantidad de dispositivos electrónicos que existe en el interior de nuestras casas o lugares de trabajo y también, a la forma en que manejamos nuestras emociones y el estrés.

   En estos casos el Grounding actúa de la siguiente manera: La tierra está cargada de energía (electrones), y al caminar por la tierra, pasto o arena, estos electrones son absorbidos por los pies descalzos.

  La falta de “energía positiva” en los espacios en los que habitamos a diario, causada por los campos electromagnéticos de todos los dispositivos tecnológicos con los que vivimos, pueden producir problemas importantes de salud, entre ellos, dolores de cabeza o de estómago, ansiedad, disminución de la concentración, falta de energía, o insomnio entre muchas otras.

   Aquí radica la importancia de tener contacto con la tierra de forma directa, ya que es conocido que la energía liberada en el Grounding tiene un efecto antioxidante muy potente, y elimina los radicales libres.

    Algunos de los beneficios comprobados e inmediatos de esta práctica son: mejora la calidad del sueño, se reduce el dolor muscular, mejora el estado de ánimo, aumenta el nivel de energía y tiene un efecto beneficioso sobre el estrés, ya que equilibra la secreción de cortizol (hormona del estrés) y estimula el sistema nervioso parasimpático, el encargado de entregar sensación de descanso al cuerpo.

    Caminar por la orilla del mar, cerca o dentro del agua, sería un buen ejercicio de Grounding, porque, además, el agua salada es un buen conductor. Pero debemos tener en cuenta que esta práctica es una costumbre de vida saludable, como una alimentación sana, suficiente descanso y el ejercicio moderado, no sirve hacerlo solo una vez. Para que sea realmente efectiva, debemos incorporar esta rutina de manera habitual en nuestras dinámicas y la convertimos en un hábito.

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