24 de JULIO de 2025

La higiene personal en el trabajo sí importa (y mucho)

  No sé si alguna vez les ha pasado, pero hubo un momento en mi rutina laboral en que el café, las reuniones y los almuerzos apresurados comenzaron a dejar una huella en algo más que mi agenda: mi aliento. No fue un gran evento el que me hizo notarlo, solo una simple conversación con una compañera después del almuerzo en la que, por reflejo, ella se alejó un poco. Ese gesto fue suficiente para que tomara conciencia: había descuidado algo básico pero poderoso en mi día a día en la oficina: mi higiene dental.

  Trabajo en una empresa de logística, donde los días son intensos, las entregas no esperan y uno termina comiendo frente al computador más veces de las que quisiera admitir. La rutina, aunque productiva, a veces nos desconecta de las necesidades más simples, como cuidar nuestro cuerpo. Y entre esas, el cuidado bucal ocupa un lugar clave. Así fue como la pasta dental dejó de ser algo exclusivo del baño de mi casa, y se convirtió en un producto esencial en mi escritorio.

El punto de inflexión

  Una tarde, después de una reunión larga con un cliente, me dirigí al baño y me miré al espejo. El cansancio se notaba, pero más allá de eso, me sentía poco fresco, incómodo. Tenía una sensación rara en la boca, como si el almuerzo aún estuviera ahí, recordándome que ni el mejor café podía enmascararlo. Fue en ese momento que me vino a la mente una conversación que tuve con alguien del equipo de compras de mi empresa, quien mencionó que estaban evaluando incluir kits de aseo personal en las oficinas, con productos como crema dental, desodorante y alcohol gel.

  La idea me pareció brillante. ¿Por qué no normalizar el aseo personal en el trabajo como parte del bienestar laboral?

El pequeño gran cambio

  Al día siguiente, pasé por la farmacia camino a la oficina y compré una pequeña pasta dental anti caries y un cepillo que guardé en una cajita dentro de uno de mis cajones. Nada ostentoso. Solo una acción práctica. Desde entonces, después del almuerzo o de un café fuerte, me tomo dos minutos para cepillarme los dientes. Puede parecer un detalle mínimo, pero marcó un antes y un después en cómo me siento en el trabajo.

  No solo mejoró mi higiene dental, sino que me ayudó a mantenerme más consciente, más presente. Y sin duda, fue una ayuda silenciosa en mi relación con colegas y clientes. Ya no dudo al acercarme a hablar, no tengo que taparme la boca al reír, ni sentirme incómodo por la posibilidad de mal aliento.

Un efecto contagioso para una salud bucal

  Lo interesante fue que no pasó mucho tiempo antes de que otros notaran mi rutina. Una colega me preguntó si podía usar mi crema dental un día que olvidó la suya. Otro trajo su propio kit y lo guardó en el mismo baño. En menos de un mes, el baño del piso ya tenía un espacio compartido con cepillos, pastas dentales, hilo dental e incluso enjuague. De forma espontánea, creamos una mini “zona de higiene”.

  Esto, que comenzó como una decisión personal, se convirtió en una práctica colectiva. Y eso me hizo pensar en algo más grande: ¿y si las empresas promueven activamente el cuidado bucal como parte de su cultura organizacional?

Higiene dental como parte del bienestar laboral

  En entornos donde los empleados pasan gran parte del día en oficinas, bodegas o en terreno, incluir productos de aseo personal y específicamente de higiene dental, no es solo una buena idea, es una inversión en salud y profesionalismo. Una sonrisa cuidada, un aliento fresco y la seguridad de sentirse bien tienen un impacto directo en la forma en que interactuamos, vendemos, lideramos y colaboramos.

  La pasta dental no es solo un producto más en la estantería del supermercado. Es una herramienta de confianza, salud y bienestar. Ya sea en formato clásico, anti caries, blanqueadora o con ingredientes naturales, tenerla a mano en la oficina puede marcar la diferencia entre una jornada cualquiera y una en la que nos sentimos bien con nosotros mismos.

¿Por qué no tener kits personales o institucionales?

  Hoy, muchas empresas están buscando nuevas formas de entregar valor a sus equipos. El clima organizacional, la retención de talento y la motivación no se logran solo con bonos o almuerzos de fin de año. A veces, un pequeño gesto, como entregar un kit de aseo personal con productos como crema dental, cepillo, alcohol gel y pañuelos, puede enviar un mensaje fuerte: “nos importa tu bienestar”.

  No cuesta mucho, pero dice mucho. Además, promueve prácticas saludables, evita enfermedades dentales (sí, los problemas bucales también generan licencias médicas), y mejora la calidad del día a día. En nuestro caso, incluso lo estamos considerando como parte del kit de bienvenida para los nuevos colaboradores.

Un llamado a las empresas

  Si representas una marca, una distribuidora, o estás a cargo de abastecer productos para empresas, piensa en esto: la higiene dental es un área muchas veces subestimada, pero de alto impacto. Incluir pasta dental de calidad en los kits corporativos puede abrir un nuevo nicho de mercado. Y si eres parte de una empresa como colaborador, ¿por qué no proponerlo internamente?

  Mi experiencia demuestra que algo tan simple como una crema dental en el cajón del escritorio puede mejorar el ambiente laboral, aumentar la confianza y promover una cultura más saludable.

  Hoy, después de cada almuerzo en la oficina, cepillarme los dientes es más que un hábito: es una pausa consciente, un momento para mí. A veces, entre tareas, informes y entregas, lo único que necesitamos para retomar el foco es algo tan básico como una sonrisa limpia.

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