12 de agosto de 2022

  “Productividad Tóxica”: un ritmo que no se debe seguir

   El trabajo excesivo suele verse como algo positivo, pero está lejos de ser algo beneficioso para el ser humano. En muchas sociedades se nos ha repetido que trabajar y producir durante varias horas del día es algo normal, pero trabajar más de 8 horas eleva tres veces el riesgo de depresión y de sufrir crisis ansiosas.

   Si las horas extras se convierten en algo habitual, existe un alto porcentaje de probabilidades de manifestar algún trastorno emocional o derechamente algún tipo de enfermedad  provocada por una exposición constante al estrés, aunque no lo percibamos como tal.

   La adicción al trabajo o el sentimiento de culpa por no estar trabajando durante largas jornadas, podría provocar un sentimiento de soledad, abatimiento y de frustración ante quienes no logran trabajar al ritmo de una “productividad tóxica”

   Aunque la productividad puede ser maravillosa para tu empresa o para tu jefe, el daño que le genera a tu salud o a tus vínculos personales no lo es. Cuando el trabajo se vuelve más importante que dormir bien, conversar con tus amigos, comer en familia o ayudar a tus hijos con las tareas, se transforma en un problema grave.

   La “productividad tóxica” es una mentalidad o forma de ser en la que existe la necesidad constante de «hacer». Son esas personas que sienten que no pueden descansar ni tomarse un respiro, que se sienten inútiles si no hacen algo y que tienen un constante sentimiento de culpa si descansan o toman vacaciones.

   Muchas veces cuando se obligan a darse un tiempo, no pueden apagar el cerebro y disfrutarlo, porque están muy ocupados preocupándose por todo lo demás que «debes» hacer, muchos de ellos creen que trabajar incluso si están de “vacaciones” no les influye en nada y se van con temas “pendientes” a disfrutar de algunos días en familia, solos o con amigos.

   Algunas de estas personalidades, incluso creen que todos deberían ser iguales a ellos y trabajar 24 horas al día, porque no son capaces de empatizar con la necesidad del descanso de los demás.

   Por otra parte, este tipo de mal llamada productividad, también puede convertirse en una estrategia evasiva para lidiar con cuestiones personales difíciles, en este sentido es importante darse cuenta, ya sea tú o tu entorno y así evitar problemas más graves en un futuro.

    El descanso es fundamental para la verdadera productividad, y si falta, tu desempeño sufre más de lo que podrías imaginar. 

Pero, ¿cómo evitar los problemas de productividad tóxica o adicción al trabajo?

   Puede parecer obvio, pero aunque suene repetitivo, la clave es encontrar el balance entre la vida personal y el trabajo, aquí unos pequeños consejos:

Concéntrate en lo importante y no sólo en lo urgente

   Cuando uno está con mucho trabajo es muy fácil caer en crisis y olvidar las prioridades. Cuando esto ocurra, es importante reformular nuestra lista de pendientes teniendo en cuenta que lo importante no siempre es igual a lo urgente.

  Una manera muy eficiente de separar las tareas y darles prioridad es usar la matriz de Eisenhower.

   La matriz de Eisenhower es una herramienta de gestión de tareas que te ayuda a distinguir entre las tareas urgentes e importantes para que puedas organizar tu flujo de trabajo de manera eficiente.

  La matriz es simple: en un eje, está la importancia, y, en el otro, la urgencia. Esto deriva en cuatro categorías:

Urgente e importante

Importante, pero no urgente

Urgente, pero no importante

Ni urgente ni importante

   El primer cuadrante es la máxima prioridad. Luego, en el segundo cuadrante, haz un espacio todos los días para abordar alguna tarea importante pero no urgente y así sucesivamente. El tercer y el cuarto cuadrante se deberían evitar, ya que te arriesgarías a consumir todo tu tiempo trabajando y el sistema no daría resultados.

   Esto garantiza que avances con las tareas que son relevantes para ti, sea en lo profesional o en lo personal.

2. Practica el desapego profesional

    Este concepto consiste en entender que, por muy comprometido que estés, tu trabajo no es lo único que define tu identidad. Intenta aplicar el “desapego profesional”, te ayudará a poner en perspectiva tu rol dentro de una empresa o emprendimiento.

   Empieza por entender que tú no eres tu trabajo. Tu carrera solo es una parte más de tu vida. Tus fracasos laborales no reflejan tu valor como persona. La clave es tomar distancia.

   Es muy importante aprender a aplicar el desapego profesional en aquellas situaciones que te generan estrés.

3. Escoge momentos en tu día para no hacer nada

   Elige un momento para desconectarte completamente y cúmplelo sagradamente. Necesitas ideas, aquí te dejamos algunas: 

• Pasea libre sin rumbo
• Medita
• Baila
• Haz deporte
• Acuéstate a observar las nubes
• Lee una buena novela
• Disfruta una película que te relaje

   Lo importante es que todo esto debe hacerse relajado y sin estar contra el tiempo.

   Debes tener en consideración que cualquier actividad que elijas es improductiva a propósito. No hay un motivo ni una meta mayor para que las hagas. Con el tiempo, podrás contrarrestar la necesidad constante de ser «productivo».

   Apaga el teléfono, cierra el computador, dile adiós al smartwatch. La ausencia de interrupciones te ayudará a ser más consciente y centrado. Al principio, puede ser difícil si sueles estar hiperconectado, luego te acostumbrarás y notarás sus beneficios. acostumbres, no querrás .

4. Establece límites claros entre el trabajo y la vida personal

   Debes escoger una hora en la que el trabajo ya no sea tema. Desconectarse de él y darle paso a la vida personal o familiar. Tal vez, cuando vuelven tus hijos del colegio o cuando sales de la empresa donde trabajas, eso dependerá de cada uno, pero es importante que se cumpla. Una vez que lo tienes, pasa tiempo con tu familia, disfruta de ir al gimnasio o ve tu serie favorita, la idea es que este espacio sirva para renovar tus energías, cambies de switch y te revitalices.

   Por otro lado, trazar límites con tu equipo de trabajo es importante para crear un entorno laboral ameno. No dejes que tus compañeros de trabajo o tu propio jefe pasen por encima, sea con intención o no, marcar los límites es un acto sano, y debemos aprender a manejarlo sin sentirnos culpables.

5. Tu agenda debe incluir descansos

   Haz una pausa y busca oportunidades de liberar tu calendario. Agrega descansos de diez o quince minutos antes y después de las reuniones para darte tiempo de prepararte y relajarte. Tómate una pausa para disfrutar un café, no te saltes el almuerzo, disfrútalo y siéntelo como un beneficio para tu salud física y mental.

   Descansa como mejor te parezca, gestiona tu energía e impide desgastarte, verás como tu productividad aumenta, tu vida personal se enriquece y tu vida se hace más llevadera.

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