12 de JUNIO de 2025

El secreto está en destacar lo correcto

  Siempre pensé que los artículos de oficina eran cosas menores. Un bloc, un destacador, un lápiz, un marcador… nada del otro mundo. Hasta que empecé a trabajar como coordinador en el área de proyectos de una empresa de logística —donde literalmente todo pasa por mis manos, mis correcciones y mis subrayados.

  No me di cuenta en qué momento mi escritorio se volvió mi segundo hogar. Pero ahí estoy: entre pilas de informes, contratos, cronogramas y notas adhesivas. Y en medio de ese caos ordenado, hay tres objetos que se volvieron imprescindibles: mi destacador fluorescente, un marcador permanente y el clásico lápiz grafito.

  Parece un detalle, pero no lo es. Y si tú también trabajas en una empresa o diriges un equipo, entenderás que los detalles marcan la diferencia.

Un destacador no es solo para subrayar

  Al principio, usaba cualquier destacador que apareciera. Uno barato, de esos que a la segunda semana ya se secan. Pero me di cuenta de que el tipo de papel que usamos en la oficina es más sensible, y que un destacador de baja calidad mancha el documento y traspasa el papel. En contratos o informes importantes, eso no es aceptable.

  Fue ahí cuando cambié a un destacador fluorescente profesional, con punta biselada y tinta de secado rápido. El cambio fue notorio: líneas más limpias, sin borrones, sin manchas. Y lo mejor: ahora uso colores por categorías. Amarillo para plazos, rosado para temas críticos, verde para avances.

  Sí, suena obsesivo. Pero cuando gestionas cinco proyectos a la vez, necesitas claridad. Un buen destacador no solo resalta texto: organiza tu cabeza.

El marcador, mi aliado para no perder control

  Cada viernes hacemos una reunión de planificación semanal. Usamos una pizarra gigante para anotar hitos, tareas urgentes y responsabilidades por área. Ahí es donde aparece mi marcador permanente de punta gruesa. Me gusta porque es intenso, visible desde lejos y no se corre si alguien roza la pizarra.

  También uso marcadores de punta fina para rotular carpetas, cajas de archivo o etiquetar materiales. No es solo una cuestión estética, es parte del orden. En entornos corporativos, donde circulan cientos   de documentos y materiales, un buen destacador ahorra tiempo, errores y frustraciones.

  Y claro, también me ha pasado que cuando se acaban los marcadores en la oficina, todos corremos a robarle uno al compañero. Desde que los encargados de compras de mi empresa empezaron a abastecerse por canales como PRISA.CL, eso dejó de ser un problema. Hay stock, hay variedad, y llegan rápido.

El lápiz: el de siempre, el de confianza

  Aunque estamos en plena era digital, no hay nada como el lápiz grafito para comenzar una idea, bocetar una solución o hacer anotaciones rápidas en una reunión. Hay algo cómodo, casi nostálgico, en escribir con lápiz.

  En mi escritorio siempre hay al menos tres. Uno para mi libreta de apuntes, otro para marcar presupuestos impresos, y uno extra por si alguno desaparece (porque siempre desaparecen). Además, como soy zurdo, prefiero un lápiz con mina suave, que no se corra ni manche.

¿Y si hablamos de compras corporativas?

  Antes, cuando necesitábamos reposición de útiles, el proceso era lento y desordenado. Teníamos que pedir por correo, luego esperar cotizaciones, después ver qué productos estaban disponibles. Muchas veces terminábamos comprando lo que había, no lo que realmente necesitábamos.

  Lo que más agradezco de encontrar lo que necesito en PRISA.CL es la variedad. Destacadores fluorescentes en todos los colores, marcadores permanentes y para pizarra, lápices profesionales, y hasta accesorios que antes ni sabíamos que necesitábamos. Incluso vienen por pack, lo que facilita la distribución por áreas o sucursales.

El impacto silencioso de los artículos de oficina

  Puede que no parezca relevante, pero un trabajador bien equipado rinde más. Se concentra mejor. Pierde menos tiempo buscando lápices que funcionen o intentando leer anotaciones que nadie entiende.

  Más aún, en ambientes exigentes, los pequeños recursos —como un buen set de destacadores o marcadores— se vuelven herramientas clave para ordenar ideas, comunicar prioridades o simplemente mantener el control.

¿Qué aprendí de todo esto?

Que no subestimes el poder de un buen artículo de escritorio.

  Que los destacadores, lápices y marcadores no son un gasto menor: son inversión en orden, eficiencia y comunicación.

  Y que, si lideras una empresa o tomas decisiones de compra, es fundamental elegir canales especializados como PRISA.CL, donde entienden las necesidades de entornos corporativos, ofrecen variedad, calidad y una experiencia de compra diseñada para el mundo B2B.

  En mi escritorio no hay lujos. Pero hay herramientas que me permiten pensar mejor, planificar mejor y trabajar mejor. Entre ellas, mis destacadores, mis marcadores y mis lápices. Esas cosas simples que, cuando son de calidad, te permiten concentrarte en lo que realmente importa: hacer bien tu trabajo.

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